Tú mi cerebro pensante,
Yo y mi mente tambaleantes,
entre momentos beligerantes
de sueños desbordantes
te veo en lo pleno,
casi casi como un sueño.
En mis suspiros vacíos
de los que te haces dueño.
Torpeza dominate
de mis deseos de tocarte,
caigo en la desesperación
de sentir tu latir tu corazón.
Tocar tu pecho es la razón
que me deja sentir
un cambio sutil en tí
ese que me hace vivir.