lunes, 27 de julio de 2009

La lluvia... y ellos


Ella caminaba distraída por la lluvia que caía sobre esa agitada cuidad, la gente parecía no entender porque ella sonreía y tarareaba canciones bajo la lluvia. No traía paraguas, le parecía que todo era perfecto así tal cual. Mientras caminaba, trataba de calmar sus ansias de seguir, deseaba llegar pronto y saber si era real. Aunque desconocía el lugar hacia el que iba, no se detuvo, su infantil curiosidad la guió bajo esa suave lluvia de sábado por la tarde. Frente a su vista nublada aparecía de a poco, no estaba segura si era quién ella creía, hasta que se sintió enmudecer, ella no supo qué hacer y solo corrió, y para su sorpresa quien ella esperaba también. Ese abrazo que esperaba desde hacía tanto, por fin estaba allí. Un abrazo apretado que duró muchos más de los minutos que pudo contar, hizo quizás que el tiempo se detuviera justo cuando veía tan de cerca su cara, cuando esas gotas los hacían cómplices de una lluvia que traía consigo un encuentro de muchas sensaciones a la vez. No sabía bien que decir, solo abrazaba y repetía un nervioso “te quiero” una y otra vez, la gente no los comprendía, solo veía a dos locos, pero que sin saberlo bajo la lluvia habían encontrado el lugar más simple para abrazar su felicidad.